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lunes, 23 de enero de 2012

¿Qué tomar en la sobremesa?



Después de una buena comida, ya sea almuerzo o cena, nos encontramos con la sobremesa y es fundamental que lo que pidamos colabore en el proceso digestivo y no nos quedemos en el simple placer de saborear, para no dañar a nuestro estomago. Es por eso que os vamos a dejar varias opciones.
Lo más recomendable a nuestro modo de ver es que sean bebidas calidas, que no por ello tienen que ser calientes.
Podemos pedir algún tipo de vino dulce para acompañar alguno de nuestros postres, un Oporto, un Vino de Naranja del Condado, un Jerez dulce. 
También se pueden ofrecer algún coñac o un brandy del Condado, que los hay muy buenos. Los cuales serviremos en su copa correspondiente y en su proporción adecuada de liquido.
Muy recomendable son las bebidas calientes como infusiones y cafés que den paso al pousse-café, es decir, a tomar una copita de licor después del café de la sobremesa. Los licores más recomendados, son aquellos cremosos, un poco dulces y densos, que se recomiendan servir en pequeñas dosis.
Pero si lo que preferimos son las bebidas frías no seremos nosotros los que digamos que no se puede pero recomendamos un ron o whisky de gran calidad que podamos disfrutar tan solo acompañado de hielo o por el contrario el tan de moda gin tonic o un buen vod tonic, con un vodka de calidad.
Como última opción, no por ello la más mala, es la de una pequeña copa de licor con hielo, como por ejemplo una amarguinha. 
Nosotros ya os hemos dados las opciones así que estaremos en Bodegón El Pato a la espera de vuestra decisión para la sobremesa.

Post escrito con la colaboración de De Cócteles Y Copas

jueves, 17 de febrero de 2011

Tradición y una buena despensa

Cuando hace seis o siete años nombraron mejor cocinero del mundo a Ferrán Adriá, la cocina tradicional, el trato cuidadoso de los mejores productos y todo lo que había significado cocina actual de calidad, se quedó en un mero ejercicio de artesanía. La cocina, en ese momento, se hizo arte, arte planetario o, como ahora gustamos decir, arte global.
Las perolas se quedaron atrás. Modernos aparatos que elevaban espumas hasta el infinito inyectando hidrógeno, o aparatos capaces de solidificar el humo de la leña de encina, se hicieron dueños de un mundo que acababa de cambiar de forma radical, revolucionaria. Se produjeron algunos intentos de que todo volviera a la normalidad, pero todo fue en vano, la cocina había emprendido un camino sin retorno. Ir a un restaurante a comer quedó desde entonces como eso, como un acto de pura alimentación, nutricional. A partir de ahora, algunos científicos, que aunan sensibilidad y conocimientos extraordinarios sobre técnicas, y también sobre tradición, convirtieron sus locales en lugares de peregrinación, lugares a los que se acudía con el mismo espiritu que con el que se va a una galería de arte o a una obra teatral. A El Bulli (ahora a punto de cerrar, pero multiplicado por cien gracias a la labor impagable de Adría) y a otros por el estilo, se va a disfrutar de un espectáculo. La cocina, desde que se proclamara al del cap de Roses mejor cocinero del mundo, ya es otra cosa.
En El Pato nos hemos quedado en lo anterior, en utilizar los mejores productos que tenemos a nuestro alcance, de una soberbia despensa llamada Huelva, por cierto, para tratarlos con mimo, para añadirles solo lo estrictamente necesario para realzar sus bondades organolépticas y sus texturas, cuidamos el ritmo cromático de un plato, la composición, para ofrecer lo que el cliente suele buscar en este y en otros restaurantes empeñados en hacer las cosas lo mejor posible. Hacemos cocina tradicional y contamos con una excelente despensa. Hasta ahí llegamos y eso es lo que queremos hacer, como se empeñaba en seguir haciendo Santi Santamaría hasta que ayer mismo llegó al final del camino: "el mismo día que Dios / te regala la vida, / también te está condenando a muerte" he oído hace poco a un cantaor bordando la soleá grande de Alcalá.
Dos opciones hay cuando uno entra en una cocina, experimentar y buscar nuevos caminos, introducirse en el mundo del espectáculo, del arte adobado de ciencia; o buscar a tu alrededor los mejores productos y tratarlos con el respeto que merecen. Ambas opciones son o deberían ser válidas, y las dos deben continuar existiendo. Quién piense que Santi Santamaría y Ferrán Adriá protagonizaron un combate a ver quién era mejor, está equivocado. Simplemente se encontraron dos maneras de entrar en una cocina, y os puedo asegurar que de las dos maneras se puede caminar con paso firme. En el bodegón El Pato vamos a continuar buscando para todos ustedes los mejores productos del mar, de la dehesa o de la campiña onubenses. los vamos a tratar con gusto, con cariño y se los vamos a poner delante para que disfruten y coman bien. Esto, a lo mejor, también es dar espectáculo, pero desde luego, los grandes espectáculos, los grandes musicales, los están escribiendo hoy por hoy gente como Ferrán Adriá. En todo caso, nosotros intentaremos a partir de hoy, como lo hacíamos antes, homenajear a un maestro que se nos ha ido, Santi Santamaría. A ustedes, por aquí les esperamos, nuestras puertas están abiertas a todos los gustos y a todos los ánimos. Tengan un buen día y hasta pronto.