Son muchas las personas que no se ponen de acuerdo que es
mejor, si las gambas o los langostinos. ¿Pero porqué tenemos que elegir? Pues muy
fácil porque son salvajes y escasos, aunque eso si, muy sabrosos.
Aquí en Huelva tenemos una lucha desigual, ya que una de
las embajadoras de esta tierra, no es otra que la gamba blanca, uno de los
mariscos más emblemáticos junto la gamba roja de Denia, los langostinos de
Vinaroz y los de Sanlucar de Barrameda.
La mejor gamba blanca es esencialmente un producto
atlántico aunque en la zona del mediterráneo también se capturan ejemplares
notables. Las diferencias entre ellas proceden del tipo de alimentación que
varía según la profundidad en la que se encuentran entre 180 y 450 metros de
profundidad, lo que influye en su carnosidad y musculación. Aunque todas
corresponden a la misma especie, ( Parapenaeus longirostris), la de mayor valor
gastronómico y económico es la gamba blanca de la costa de Huelva. Se distingue
de la del mediterráneo por mostrar un color más rosado, cabeza con entrañas más
consistentes y patente coral. Los ejemplares más grandes, -pueden alcanzar los
15 cm-, se utilizan para plancha, mientras que las pequeñas son las que se
llaman gambas arroceras. Por lo general se consumen cocidas.
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Langostinos a la sal en Bodegón El Pato |
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Pato.
Fuente: SaborMediterráneo